Resultó difícil escribir esto al tener tantas cosas que decir... es complicado encontrar la conexión a veces.
El condicionamiento social y la aceptación de ese pacto invisible del ciudadano me puso a pensar cuán atados estamos a la esclavitud libertaria de Occidente. La exaltación de la libertad como valor último, prédica inalterable en todos los ámbitos en los que nos desarrollamos como individuos sociales, parece suplantar totalmente el valor real de esa palabra. Es decir, desde pequeños nos venden un lindo envase vacío para ponerlo en alguna esquina muy bien adornada de nuestra existencia.
(Oh libertad que perfumas las montañas de mi tierra, deja que aspiren mis hijos tus olorosas esencias... me pregunto a que huele esa libertad) Dado que es necesario establecer acuerdos tácitos a la hora de figurar la realidad y de que acudimos al lenguaje como vehículo exánime pero único y por lo tanto exaltado, debido a que no soportamos la idea de estar no-basados en un no-espacio, no-tiempo, CAOS; creo que usaré la misma lógica innegable que usan los humanos como yo (si pudiera usar alguna otra cosa la agarraría).
Empiezo entonces por definir la libertad como me la definen los que la definen: Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
Desde ya empezamos con los condicionamientos al poner la libertad en el ámbito de las acciones únicamente, pero bueno igual suena bonito que me digan que puedo hacer lo que me da la gana, y no sólo me lo dicen sino que son tan buenos conmigo que desde la definición me aconsejan y advierten con eso de la responsabilidad, que lindo el sabio mundo de las letras. (A veces me pongo a pensar que las futuras generaciones al estudiar nuestra cultura por medio de los libros en los que están plasmados nuestros principios fundamentales de acción y pensamiento, nos van a creer unos santos viviendo en la sociedad perfecta de la Jerusalem Celeste.)
Si no ahondo mucho en el intrincado tema de los ladrillos del lenguaje y los principios incuestionables, en teoría estamos en un mundo perfecto en dónde "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros."; lo que es bueno.
Vale, está bien, muy lindo todo, ¿qué pasa entonces en el mundo de hoy?
La respuesta oficial, aceptada por todos es que una pequeña cantidad de seres humanos se encargan de hacerle la guerra a nuestros bien amados ideales del mundo libre y producen el desequilibrio que el sistema no quiere. (Ahora que lo pienso mi forma de referirme al orden global actual, suena muy conspiparanoíco, pero justo a esbozar mi entendimiento de la conspiración mundial terrible y malvada es a dónde me dirijo, jaja acá voy mundo de los extraterrestres, illuminatis, masones y caperucita roja.)
Todos aceptamos el pacto global y contribuimos a la continuación del actual orden mundial de asco y muerte. Todos aceptamos implantar en nuestro modo de vivir la mentalidad de rebaño y renunciamos a actuar como individuos "responsables" frente a las decisiones que de verdad importan para el bien de la humanidad. Obviamente no me voy a echar toda la culpa, porque si el mundo sigue como está es porque a alguien le conviene, y al buen ser humano, optimista y feliz no se le puede incomodar porque reacciona instantáneamente para volver a su equilibrio.
Me pongo a pensar en las teorías de conspiración que he conocido a lo largo de mi corta (aunque me siento viejo ya) vida, y buceando entre mierda me doy cuenta de que son muchas las verdades que nadan en el mar de mentiras, pero que esas verdades son llaves para descubrir un océano putrefacto de mentiras aún más grande.
La subversión de las grandes ideas y de los bellos fundamentos, que cabe dentro de la libre interpretación de la mente humana, nos ha llevado a un mundo en el que somos teóricamente libres y prácticamente esclavos. La labor del pensamiento libertario la dejamos a los grandes pensadores que escriben los libros que se venden, y muchas veces con toda lógica y sentido desechamos a todo aquel que hable diferente.
La libertad es un gran peso en las espaldas del hombre, y muchos decidimos vender esa carga a cambio de comodidad, empeñamos nuestros ojos y nuestros oídos a los sacerdotes de la superficialidad, amos del dinero y del mundo. Dejamos que por encima de nuestros ideales instalen deseos perniciosos de fortuna que nos llevan a arrodillar y a amordazar aquello que nos hace hombres.
Los dueños del poder tienen planes para nosotros, sin duda deben ser inteligentes, deben darse cuenta que estamos matando el planeta, y que tantos borregos no hacen falta.
El gran juego de ajedrez macabro en el que estamos metidos nos mantiene centrados en discusiones muy racionales y que parecen oportunas, como este texto que ando escribiendo. Permite la libertad de pensamiento, y hasta la libertad de acción hasta cierto punto, no le importa perder uno que otro peón mientras calcula fríamente el jaque mate. El sistema exalta las organizaciones de ayuda humanitaria y hasta hace donaciones para mejorar las condiciones de vida de tantos desafortunados seres humanos en el planeta.
Son muy buenos nuestros líderes (El líder es bueno, el líder es bello, no hay voluntad, olvídate de ello), les agradecemos las migajas con las que alimentan los pobres que ellos mismos crearon! joder! que la injusticia es tan evidente, la podredumbre está tan a la vista que no entiendo como podemos ser personas tan ciegas!
La libertad no existe, no se puede cambiar el sistema que nos esclaviza, su programación admite la lucha frontal.
Yo no hablo del capitalismo o del socialismo, hablo del sistema que engloba cualquier visión política, social, económica. Hablo de la esclavitud de la razón, hablo del condicionamiento del lenguaje, hablo de la estupidez de querer ver con la lengua!
¿Dónde están los hombres? Joder! que nos convirtieron en máquinas, somos máquinas!, no es un proceso es una realidad actual. Nos manipulan con el miedo y el terror, hacen que miremos todos juntos hacia adelante mientras nos arrean por detrás con látigos de desprecio, intolerancia, pobreza, falta de solidaridad, negación humana.
Todo esto tiene que ver con una convicción propia de recuperar lo de humanidad que me han quitado. No creo en usar las armas del sistema contra el sistema, aunque ahora lo estoy haciendo.
Pero es que el sistema está en mi espejo, y es muy difícil cambiar lo que está tan adentro del hombre. Haciendo caso a mi intuición solo tengo una respuesta para revertir el curso de la humanidad.
loVe is our resistance.
1 comentario:
mmm.... encerrado dentro de un sistema que te oprime pero que nos da libertad de actuar dentro de si mismo, debo decir que en semanas anteriores estuve leyendo un poco y casualmente me encontré con esto que hizo famoso Hegel: "la libertad es el reconocimiento de la necesidad"
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