jueves, 21 de marzo de 2013

Un secreto.

Todavía no lo puedo creer, seguro es porque no me ha pasado. Lo cierto es que mi día empezó con esa extraña sensación que tengo a veces de poder doblar la página y leer lo que sucederá después. Ya lo sé, es loco, no suena convincente, real o al menos gracioso.
No me he querido levantar en todo el día, mi colchón tiene el molde de mi espalda marcado a la perfección, tengo miedo de que pase lo que vi, unos hombres de traje oscuro llegan y me revelan un secreto que yo no quiero saber. Hasta tapé la ventana de mi pieza para que no se escape ninguna luz, apagué el televisor, desconecté los teléfonos y le quité las pilas a cualquier cosa que pudiera hacer ruido.
Trato de respirar lo más tranquilamente posible, en mi visión ellos llegan mientras sudo y respiro agitado. Estoy desnudo porque en mi visión llevaba puesta un pijama azul de lana. Hice tiritas todas mis pijamas azules, pienso quemarlas en tanto me resuelva a pararme, creo que he cuidado todos los detalles, estoy desnudo, no tengo pijamas, estoy muy tranquilo y calmado, además estoy en un lugar que conozco a la perfección.
Me levanto lentamente, un pie tras otro, con cuidado de no asentarlos en algo que me haga resbalar. Generalmente no soy supersticioso, pero esta vez, en serio no quiero enterarme de eso que me contaron, bueno de lo que me van a contar. Mi casa está un poco desordenada, no lavé los platos de la cocina ayer, no me gusta ver la cocina sucia, me desespera. La caja de la pizza está a medio cerrar, una cucaracha huye apenas la abro. Creo que no desayunaré, en la nevera solo tengo una cebolla y leche. Mi casa es pequeña, es solo un rectángulo con un biombo que separa la habitación. Mientras lavo los platos pienso en la forma en la que el destino puede ganarme, pero no se me ocurre nada.
Lo malo es que tarde o temprano me tocará seguir con mi vida normal, porque no se en qué momento va a pasar, puede que sea dentro de unos pocos días o...
¿Qué pasó? ¿dónde estoy? ¿Qué es esto?
- Bienvenido, está en el hospital, lleva dos días en coma, al parecer el edificio en el que vive se derrumbó. Tranquilo, no se mueva, con esto se le quitará el dolor. Está en buenas manos. Descanse.
Mierda, mi casa, ¿qué pasó? ¿Por qué no me puedo mover? Enfermera no se vaya, ¡Sáqueme esto!
¡Enfermera! ¡No los deje entrar! ¡No los conozco!



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