viernes, 29 de octubre de 2010

Cae

Vértigo de vértigos, caída de caídas, el pensamiento de lo bajo arrulla el pesar, añoranza de lo que está pero no es.
Ansías locas de volar sin alas mientras el abismo nos funde.
Sed de mucho, mar de nada, espejo de la tranquilidad que se derrama.
Mientras todo cae lo último que conoce el abismo reposa en lo inamovible, siendo parte del todo el punto no sabe donde termina la raya.
Uno es, dos es, tres es, doces y treces, la espiral que crece y vuelve al uno al dos y al tres. En la terrible oscilación el soplo del primer grito alcanza al punto y a la raya en el inseparable destino del peso y el piso.
El camino del sin sombra es camino sagrado, no huellas pasadas ni futuras. Quién guarda la llave del abismo no conoce su cara cuándo cae.

1 comentario:

Esteban A.C. dijo...

Todos tenemos la llave del abismo, solo que unos somos más conscientes que otros