jueves, 8 de julio de 2010

Luna


Dejé mi luna en Piscis cuándo decidí que me estorbaba el cordón umbilical, la dejé en remojo entre dos peces con hambre de queso. Desde ese 2 de Enero han pasado veinte años, y aunque todavía les falta, los mordiscos la tienen llena de vacíos. A veces se hunde en el agua oscura y no la veo por un rato, y de a poco se deja ver brillando con penas propias y ajenas, cada vez más blanda y menos seca.
Tal vez por eso todo se hace mas grande.
En el agua las cosas se ven de otra forma, y más la luna que no dice todo lo que sabe, ni cuenta todo lo que ve. Los dolores duelen más, y las canciones entran hondo, aunque ni los unos ni las otras sean míos. Una coraza de agua no sirve mas que para derramarse.
Tanta ansia de mar y de llanto tenía que venir de arriba.
P.D: recomendada quemar las naves.
P.D: es un chiste que hueco, vacío y depresión sean sinónimos.



1 comentario:

Esteban A.C. dijo...

Como decía un viejo conocido mío, esa luna nos deja estaquitas de hielo clavadas en el corazón...