lunes, 29 de agosto de 2011

Te conoceré.

Te encontraré.
Será una mañana de Lunes cuando espere que nada pase, será pronto, más pronto de lo que creo.
Sucederá como siempre sucede, tú me verás, yo te veré,  conocerás el polvo acumulado en mis pestañas, y yo adivinaré los infinitos caminos que te trajeron desde esa estrella.
Te romperán mis ojos cansados mientras escudriñan cada fragmento, haré tuya mi mirada.
No habrá tiempo mientras se saludan nuestras dos almas.
Te reconoceré y me reconocerás aunque hayan pasado ya mil años.
Ni tú ni yo creeremos en las verdades metafísicas del todo, esperaremos sentados en las puertas del poema por la única verdad que nos interesa.
Sabremos entonces de un verso cerrado que se descubre solo para nosotros, y seremos el momento tal cuál es.
Los carros, los estudiantes, y los niños estallarán el ruido afuera de la burbuja.
El mundo volverá a nuestros pies y de nuevo, para siempre esta vez, nos conoceremos.

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