miércoles, 20 de abril de 2011

Esa puta pastilla roja...

Que todos se van quedando atrás, y que poco de lo que alumbraba entonces sigue prendido. Aún así son pocos a los que llegó luz y más pocos los que no la ignoraron.
Ni siquiera envidio a las antorchas que se prendieron fuego, envidio tal vez y lo escondo de mi ambición a los que fueron felices.
Vaciarse, romperse y volverse a juntar, el juego de todos los que buscan, solo para regresar a dónde siempre estuvieron, o peor aún para extraviarse en donde nunca estarán, el  lugar común, la metáfora de lo real, la realidad de fantasía.
No hay otra salida más que las que nos dan, no hay nada que inventar, rendirse o gobernar.
No te tomás la pastilla roja una sola vez, te la tomas todos los días, y la azul se hace mas apetitosa a medida que te adentrás más en el juego. Seguís buscando el otro lado del espejo y de repente te das cuenta que siempre estuviste del lado equivocado.

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