domingo, 12 de septiembre de 2010

Apología de la tibieza.

¿Son necesarias siempre las posiciones radicales?, ¿es posible ser radicalmente neutro?, entregarse a la tibieza...
"Ay de los tibios. Más os habría valido ser fríos o calientes, mas porque sois tibios, os vomitaré de mi boca"
Tal vez sea necesario arriesgarse a ser vómito de dioses... tal vez no... y ¿que tal ser calientes un día y fríos al otro?, así no se nos podría acusar de ser tibios, sino de ser calientes y fríos. Me pregunto, si a los tibios los van a vomitar, ¿qué va a pasar con los calientes y los fríos?... si un dios se los lleva a la boca no creo que evadan por mucho tiempo el destino implacable de los intestinos divinos.


Además no entiendo la urgencia de extremos... ¿Por qué tomar partido?, se escoja un bando u otro se va a estar equivocado al estar condicionados desde un principio por el entorno en el que se tome la decisión.
Vamos que si sos pobre es más probable que te guste el comunismo al capitalismo...
La tibieza es la capacidad de ser un día en extremo caliente y de repente ser en extremo frío sin ningún remordimiento o impedimento insalvable. Jugar con los extremos sin miedo a derretirse o congelarse, siendo el mejor, el mas caliente y el más frío y ni tan frío ni tan caliente a la vez.
Para alcanzar esta tibieza pura  probablemente tendría que haber un proceso de decondicionamiento previo tal que no se nos haga extraño escribir poemas como:


Puedo escribir los versos más tristes esta noche, 
escribir por ejemplo el sol está en lo alto y navegan, 
cuál algodón de azúcar en mar de mieles, las nubes a lo lejos.

¿Por qué apegarnos a los clichés naturales y asociar la noche con lo triste, lo bajo con lo malo...? es degradante aceptar condicionamientos sin más, solo porque si, y  si se aceptan debe ser con pleno conocimiento y voluntad propia, dejando abierta la posibilidad de eliminar lo aprendido, sin más, cuándo se quiera.
Al experimentar a fondo la ciencia y la magia, la razón y la fe, se debe alcanzar el punto medio perfecto de no verdades absolutas, el radicalismo neutro de los dioses impasibles, la capacidad para renegar hasta de la propia existencia... tal vez... o tal vez no y caigamos en el infierno, sea como sea ninguna opción parece mala o buena.


2 comentarios:

Esteban A.C. dijo...

De casualidad escuchaste la ponencia de Mónica González en Telemedellín sobre cómo ser periodistas independientes? Jaja tienen varias cosas en común, es intentar no volverse radical cuando se intenta defender una idea... Es decir, el periodismo de coalición o de oposición está mandado a recoger, existe buen periodismo o mal periodismo, independiente e imparcial... Eso se puede extrapolar a otras esferas de la vida, pero como los seres humanos tenemos un alto grado de volatilidad, en gran medida por culpa de las emociones y sentimientos, es algo dificil de conseguir, la pregunta es: ¿será imposible? Un saludo.

Nix dijo...

Los extremos nos absorben pero, en ocasiones, nos dan la lucidez para enfrentarnos a los opuestos, esa lucidez que no es posible hallar en los puntos medios, esa lucidez que se alberga en lo puro e irracional -por momentos- de lo incompatible. El problema no está en ubicarse en un solo lado de la balanza, el problema surge cuando nos negamos a enfrentar lo desconocido, lo antagónico, lo "satanizado". La importancia que cobran las palabras al ser ubicadas en un extremo nace de de los argumentos de dicha ubicación. Para mi, la mayoría de las veces, es necesario tomar partido, pero no un partido establecido o impuesto sino la adopción de una posición personal de acuerdo a una filosofía de vida propia... Ahí tienes mi punto, no se que tan contradictorio puede ser, pero es lo que brota de mi al leer lo que escribes.