Ante el sosegado espacio interior, atenazado por el sonido humeante del movimiento de los árboles, soy en la suspensión del pensamiento. Las caras del universo se empiezan a descubrir con cada bocanada de aire. La visión refrescante del eterno presente, de las imágenes que me construyen, derrumban mis murallas, y me entregan al placer de la experiencia total. Descubro de nuevo que soy escritor, que soy creador, mago y artífice de mi historia y de otras tantas de las que debo empezar a hacerme responsable inmediatamente.
Descubro en mi el potencial de lo que soy, el atisbo del soplo divino en la voluntad que me domina. La cofradía de susurradores de historias es en mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario